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La Mirada Montessori en los Comportamientos disruptivos de la Demencia. Aspectos generales

Cuando alguien a quien quieres vive con demencia, pueden aparecer comportamientos difíciles de entender o gestionar. La clave no está en controlar cada gesto, sino en ver a la persona detrás de cada reacción. En el enfoque Montessori, no tratamos de “corregir” o cambiar a la persona, sino de conocerla y entenderla profundamente para poder darle lo que necesita. Aquí te comparto cómo.

1. Lo primero: conocer a la persona
Para entender a alguien con demencia, necesitamos más que ver sus síntomas. Conocer sus gustos, sus necesidades y sus valores te ayudará a responder mejor a cada comportamiento. Pregúntate:

  • ¿Qué le gustaba hacer? ¿Qué cosas realmente disfrutaba antes y ahora? ¿Y cuáles no?

  • ¿Qué le ayuda a sentirse tranquilo/a o cómodo/a? Puede ser un objeto, un espacio o una actividad específica.

  • ¿Qué le irrita o le pone nervioso/a? Saberlo puede ayudarte a anticipar y evitar situaciones difíciles.

  • ¿Con qué ocupa la mayor parte del tiempo? Esto te dirá qué actividades pueden darle un sentido de calma y rutina.

  • ¿Tiene algún bagaje cultural, espiritual o religioso importante? Conocer esto te ayudará a conectar mejor.

  • ¿Cuál ha sido su estilo de comunicación? ¿Es una persona conversadora o reservada?

  • ¿Qué relaciones son importantes para él/ella? ¿Familiares, amigos, alguna mascota? Esto puede ayudar a mantener esas conexiones.

  • ¿A qué dedicó su vida? Su profesión o pasatiempos pueden darte pistas sobre actividades que le llenen.

  • ¿Cuáles son sus necesidades en la intimidad? No olvides que la expresión de afecto y el contacto pueden ser importantes.

  • ¿Ha vivido algún trauma? Tener esto en cuenta puede evitar que se sienta vulnerable o reviva situaciones difíciles.


2. Cómo estás comunicándote con él/ella
Cuando la demencia avanza, nuestro propio estilo de comunicación puede tener un gran impacto. Desde Montessori, la clave está en comunicar sin prisas, con empatía y con palabras sencillas.

Para conectar de forma efectiva:

  • Habla calmado/a y con respeto. Tu tono marca la diferencia.

  • Habla despacio y de forma clara. La velocidad y el lenguaje simple permiten que te siga.

  • Evita discutir o corregir. La idea no es que razone o lo haga “bien”, sino acompañar sin presión.

  • Haz contacto visual. Esta es una forma simple pero poderosa de comunicar seguridad.

  • No le hagas “razonar” ni entres en discusiones. El objetivo no es corregir sus fallos, sino aceptar su estado y acompañarlo.


3. Entiende el comportamiento
Si surge un comportamiento que parece complicado, no actúes de inmediato. Primero, obsérvalo con curiosidad, buscando entenderlo en lugar de juzgarlo. Pregúntate:

  • ¿Cuál es el comportamiento específico? Detállalo bien para comprender mejor.

  • ¿Para quién es realmente un problema? A veces puede ser solo una molestia para los demás, pero no para la persona.

  • ¿Cuándo ocurre y cuánto dura? Esto puede darte una idea de qué lo provoca.

  • ¿Qué tan frecuente es? Un patrón te ayuda a identificar desencadenantes.

  • ¿Qué tan estresante parece para la persona? La intensidad del comportamiento puede revelar una necesidad.

  • ¿Qué es lo peor que podría pasar si el comportamiento continúa? Esto te ayuda a calibrar cómo actuar.

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Con esta mirada Montessori, aprenderás a entender lo que hay detrás de cada reacción. Cuando miras más allá del comportamiento, puedes responder con empatía y respeto, cuidando sin imponer y permitiendo que la persona conserve su dignidad y autenticidad.

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