Recuerdo, todavía, a mi padre quejarse de las maletas tan grandes que hacía mi madre cuando nos íbamos de vacaciones; pero luego le encantaba ir a la playa...
Ahora, llega el verano, tiempo de vacaciones y no se que hacer... hace mucho tiempo que el no va a la playa, pero después de mucho hablarlo con mis hermanos y hacer una prueba yendo el fin de semana pasado a pasar el fin de semana al pueblo; vamos a animarnos a llevarle a que vea el mar.
Para un paciente con alzheimer, la rutina es esencial. Las personas con demencia experimentan una mayor dificultad a la hora de intentar hacer cosas nuevas porque la enfermedad deteriora gradualmente su capacidad para planificar, iniciar o completar una actividad. Por eso, las interrupciones en la rutina diaria, como unas vacaciones, pueden elevar su ansiedad. Y el viaje es una fuente de situaciones impredecibles.
-Unas vacaciones supone enfrentarse a nuevas caras, a un nuevo entorno, a un cambio en las rutinas o, incluso, a un cambio de hora. Afrontar todos estos cambios puede ser un desafío para nuestro ser querido.
-Una persona con demencia es más sensible al hambre, al cansancio y al malestar.
-La comunicación para nuestro ser querido se ha convertido en un proceso más difícil. Luego encontrará dificultades para manifestar su malestar, lo que posiblemente se termine traduciendo en que la persona se muestre agitada o confusa.
-Ser flexible y tener preparado un plan B por si tenemos que cancelar el viaje o acortarlo...
Todas las opiniones y consejos vertidas son orientaciones que funcionan en un gran número de casos, pero no es una ciencia exacta. Desde Montessori Senior aconsejamos, ante cualquier duda, consultar siempre con su profesional de confianza.
@montessori_senior
Comments